Ella, fragilidad de viento.
Esperando por siempre esperándolo
esperando cuando duerme
cuando come
cuando sueña.
Poniendo un plato de más en la mesa
haciendo comida para dos
dejando el lado de la cama vacío
y la llave en la ventana, por si él olvidó la suya.
Ella, nubecita triste
que ya no duerme
que ya no come
que ya no sueña.
Que mira la calle esperando ver un auto
esperando verlo llegar
esperando no ver más.
Giuliana, dieciséis de marzo de dos mil diez.
1 comentario:
Te quiero Nubecita
aunque no sepas quién soy
te quiero Nubecita
y desde acá puedo sentir tu dolor.
Publicar un comentario