Tristeza, otra.

Tristeza encapsulada en una gota, gota indestructible, gota que va perforando entrañas y cuerpos y ciudades y el mundo, el mundo perforado por la tristeza, no La Tristeza, mi tristeza, tan mía como mi propio cuerpo por ella perforado. No una tristeza clara, transparente, de la que me habló esa vez mi hermana, tristeza que mata, que a cada segundo me hace desear más y más el irme de acá. Y el pájaro de papel, esa grulla de colores, intentando con esas plumas que no tiene secar mi tristeza y pobrecito no puede, pero mi corazón se enternece de mirarlo, decide quedarse acá un día más a intentar contagiarse los colores de mi pajarito, a ver si resucito.


Giuliana Zonni, veinticinco de noviembre de dos mil diez.

Trazo.

El trazo se desdibuja cada vez que me distraigo.
Se vuelve gris claro a veces, otras veces se hace discontinuo.
El trazo necesita atención.
El trazo no sabe ser. Debo ayudarlo.
Ayer me distraje. Hoy era un garabato.
El trazo debe ser recto, fino, continuo. Claro y conciente.
El trazo debe ser perfecto.
Pero ayer se hizo un garabato.
Bello garabato. Agradable. Discontinuo, gris, curvo, con muchos ángulos.
¿Y si me distraigo más seguido?

Giuliana, veintitrés de diciembre de dos mil diez.

Lluvia.

Toda la ciudad empapada, empapadísima de realidad. Toda la ciudad llena, llenísima de charcos que pisé recién. Toda la ciudad con baldosas flojas, bajo las cuales el barro acecha para ensuciarme los pantalones. Toda la lluvia cae sobre mí, me lava, me hidrata, me ensucia, me alimenta. Toda la gente adentro de sus casas, toda la ciudad para mí sola, para correrla, caminarla, besarla, llorarla, despedirla.
Y toda yo, mojadísima, embarradísima, de frente a mí misma, reconciliándome con mis sueños, con expectativas de felicidad y mañana, sí, será mañana, el día de reir, llorar, recordar, y esta lluvia de hoy lo anticipa, siento un vidrio gigante persiguiéndome para mostrarme la belleza de las gotas estrelladas en él. Y el día de mañana tendrá la luz de tantos otros, pero además será un comienzo, comienzo de lo mejor.

Giu, veintisiete de noviembre de dos mil diez.

Ruedas.

"El tiempo no tiene una sino sus muchas ruedas. Una rueda para las criaturas de corazón lento, y otra para las de corazón apresurado. Ruedas para las criaturas que envejecen lentamente, ruedas para las que se hacen viejas con el día."

Liliana Bodoc

Dos almas que habían sido una, antes de la escinsión. Dos almas que se encontraron en tiempos equivocados. Que se amaron igual, perdidas en su unión. Dos almas que fueron separadas. Que sufrieron la ilusión de ser separadas. Por que el tiempo de las almas es otro, estas habíanse confundido en el tiempo de la gente. Pero los siglos no son nada para ellas, por que las vidas humanas no son nada para ellas. Por que saben que se volverán a encontrar, por que son parte de lo mismo. Por que son lo mismo, hechas con los mismos ingredientes, habiendo cada una sido moldeada por la otra. Y en esta vida podrán habitar en cuerpos amigos, que en algún momento fueron un solo cuerpo, también. Gozarán así, una y otra relamerse en las ideas compartidas, en las mentes similares, en los recuerdos vividos y la añoranza y el coraje hacia el futuro, hacia la felicidad.

Giuliana, jueves dieciocho de noviembre de dos mil diez.

Adiós a Néstor.

Entro recién a mi blog, para descargar un poco de la tristeza que siento, y veo mi última entrada; "Memoria".
En el dos mil tres yo iba a sexto grado del primario. Año de elecciones, las "seños" nos hicieron un simulacro de elección en el grado. Mis papás no estaban muy seguros sobre a quién votar, recuerdo que efectivamente no votaron los dos al mismo candidato. Yo si ellos se hubiesen puesto de acuerdo les hubiese copiado, pero como no era el caso me puse a leer: leí las biografías de los candidatos, sus carreras políticas y sus propuestas. Y desde mi enorme ignorancia lo elegí a Néstor, sólo por sensaciones. Y él ganó, en mi grado.
Días más tarde, mis papás estaban de viaje y el señor innombrable se bajó antes del balotage. Los esperé a mis papás con fotos de Néstor recortadas de revistas pegadas en una pared de casa.
Yo no sé cómo fue vivir la dictadura, pero sí sé cómo es sentir que se hace justicia. "Memoria", la entrada anterior, la hice para una convocatoria que abrieron H.I.J.O.S. y Taller 4 este año. Porque con Néstor y Cristina pudimos revisar el pasado. Porque nos abrieron las puertas al debate.
Insisto, yo no sé cómo es vivir bajo el mando de un hijo de puta, porque la mitad de mi vida (la única mitad de la que puedo tener una memoria precisa) fue bajo la presidencia de Néstor y después de Cristina.
Anoche fui a la plaza Roca (a la cual espero, pronto, le cambiemos el nombre). No había casi nadie hasta que se abrieron las puertas de la Catedral y la gente creyente que allí se había reunido para rezar por Néstor se trasladó a la plaza. Yo soy atea, atea visceral, atea militante. Me dio mucha bronca que la plaza se llene así. Pero se me acercó una señora; "¿Acá nos juntamos por Néstor?", "Sí", le digo, "Ah, bien, ¿vos venís de la misa?", "No, no soy creyente", "No importa, no creerás en Dios, pero sí creés en Néstor, y Néstor se ha preocupado más por los pobres que Dios, así que es más importante que creamos en él para que seamos algo que valga la pena".
Me dejó en shock. A los religiosos ya no les molesta que se le meta el palo en el culo a la Iglesia con el Matrimonio Igualitario, y demás, a muchos les importa, aún, la igualdad... (Eso no significa que no les vaya a quemar sus iglesias en cuantito tenga la oportunidad, pero ahora procuraré que no haya nadie adentro).
Estoy muy triste. Tengo miedo de que la política no sea como lo fue esta última mitad de mi vida. Tengo de miedo que Cristina no pueda luchar contra todos esos hijos de re mil puta que Néstor sí podía frenar, tengo miedo de que ella no tenga esos huevos, o que si los llegase a tener de que se los aplasten.
Gracias por reinvindicar la Memoria, por ir al Norte, por el fútbol (aunque yo lo deteste), por la ley de medios, por la 125. Por defenderlos pude ver quiénes de los que estaban a mi alrededor valían la pena y quiénes no, gracias por eso también. Gracias por dejarme crecer informada y en democracia. Gracias Néstor, gracias Cristina.
Y Cristina, acá estamos, somos muchísimos pensando en vos.

Giuliana, veintiocho de octubre de dos mil diez.

Memoria.



Giuliana, dos mil diez.

Salta.

Salta entre brillantes piedras rojas azules violetas
salta mientras canta canciones nunca jamás escritas
salta como un corderito chiquito peludito
salta y da volteretas en el aire
mientras lo vemos y lo disfrutamos
salta mundo siempre
salta y somos felices
salta y nos mareamos y vomitamos
salta y nos golpeamos y lloramos
salta y nos alegramos y nos abrazamos
y que siempre salte
así estamos más vivos.

Giu, diecinueve de oktubre de dos mil diez... ¡Faltan siete días!

Árbol.

Giuli, en el dos mil... ehm... ¿seis?

Podría.

Podría ser que una persona haya nacido en el tiempo equivocado o podría ser que una persona haya nacido en el cuerpo equivocado escuché hoy o parecido. Sí, yo nací en tiempo y cuerpo equivocados pero no hay solución alguna porque el tiempo de mi educación fue acertado, también de mis progenitores, no el de mi amor ni el de mis sueños. No mi cuerpo para ser lo que soy por dentro pero sí para actuar de quien a veces me gusta ser. No existe el tiempo para mí. No existe, porque si lo hiciese estaría muerta, por cómo a veces me atropella. Por cómo me desgarra, pero acá estoy, viva, escribiendo, escuchando. Estoy viva, no existe el tiempo.

Giuliana, dieciocho de oktubre de dos mil diez.

Ahora.

Y largo toda la nube que tenía adentro esperando alivio inmediato pero el alivio no llega no llega nunca, lo único que me sostiene (apenas de un pelo) a esto sos vos, haciendo fuerza mucha mucha fuerza por traerme al mundo para volver a nacer para comenzar a nacer para volver a ser la yo que amé la yo que admiré y no la perdida yo que soy hoy la perdida yo en medio de opciones de decisiones que nadie toma de todo un mundo de posibilidades que no quiero imaginar. Saber que existís aunque no estés acá es aire que llena mis pulmones es sangre que corre por mis venas es todo lo que pude alguna vez soñar y cuando me adentro en mi mente en los recuerdos y sensaciones tuyas vuelvo a ser quien quiero ser y por eso quiero que me agarres más fuerte que no dejes a mi cuerpo irse del mundo y a mi mente perderse en números. Sos vida.
Y la nube se agranda adentro mío pero ahora en este instante acabo de dejar de sentir dolor y pena por mí misma sino que siento la adrenalina de una nueva existencia de una existencia sin oscuridad trabajosa pero real una existencia donde mi vida no será múltiple ni un cuento una existencia donde comienzo a vivir.
Gracias coraje por haberme hecho nacer no de nuevo sino por primera vez gracias por hacerme comenzar a nacer.
Y en la ausencia de seguridades y en los planes que eran claros y se nublan y en los planes que eran borrosos y son cada vez más hoy y en los nombres de bellos pensadores y revolucionarios y revoluciones y norte y tiempos pasados se abre mi futuro cada vez más firme y visible pero a la vez más frágil para mi percepción que espero que sea sólo mi percepción, esta fragilidad no puede ser ya real, porque ahora soy FELIZ.

Giuliana, diecisiete de oktubre de dos mil diez, once cincuenta y nueve p. m.

Números.

Para quien alguna vez me dijo que quienes nos acercábamos a las exactas era porque temíamos al abismo de la filosofía. Se equivocó. Y mucho. Este abismo es aún mayor.

Rondando la periferia de esta ciencia inacabable atisbamos los secretos más profundos con un profundo, por cierto, malestar. La sensación de vacío revuelve el estómago. Y, a su vez, la tangibilidad de esta ciencia, hace brincar al corazón. Porque ella lo es todo.
Ella se asoma entre la gente, ella se asoma en el árbol, ella se asoma en la vida, en la muerte. Ella se asoma. Ella, tan bella y misteriosa.
Ella descubre misterios de la vida, del mundo, del pensamiento. Y eso es lo que la vuelve encantadora, oscura, iluminadora.
El abismo de la realidad, en palabras, es enorme. ¿Y en fórmulas? Mayor. La genialidad detrás de cada demostración, la sangre que corre por esta romántica historia, el dolor profundísimo en el cráneo, haciéndonos realmente sentir el infinito.
El mareo ante el descubrimiento. La posibilidad de hacer llegar Kant a muchos. Las categorías a priori verdaderamente categorizadas y explicitadas. Maravillosa ciencia, por favor, te debo la alegría, te debo el miedo, el llanto, la inconmensurabilidad. 
Se me caen las lágrimas de emoción al pensarte.
De verdad, estoy llorando.
Pienso en quienes se perdieron en vos. Encontrándose con Dios, con el verdadero Dios, el único Dios: el conocimiento.
Requerís trabajo. Eso te hace aún mejor. Requerís mover los engranajes de cerebros aburridos, apagado o peor: nunca prendidos. Me hacés sentir la sinapsis en mi cabeza. Puedo percibir el momento exacto del insight, del click.
Sigo llorando.
Bella, bella, enorme. Me cuesta tanto conocerte. Me duele en las entrañas el esfuerzo por comprenderte. Ojalá algún día, algún día, pueda hablar sobre vos con propiedad, pueda acariciarte, recostarme en vos, besarte.
Ojalá pueda conocer a Dios.

Giuliana, cinco de octubre de dos mil diez, muy pero muy feliz con la elección de su carrera.

Otra vieja loca.

Giuli, febrero de dos mil diez.

Ojos.


Giuli, dos mil ¿siete?.

Nena.

¡Y otra vez gracias!
Giuli, veintisiete de marzo de dos mil diez.

Killer.



Giuli, anoche, veintiocho de marzo de dos mil diez.

Espalda.


Giuli, principios de dos mil nueve.

Diablo Viejo.


Giuli, octubre o noviembre de dos mil ocho.

Diablo Enojado.



¡Otra vez gracias!
Giuliana, veintisiete de marzo de dos mil diez.

Vieja Loca.


¡Gracias Machi!
Giuliana, veintisiete de mazo de dos mil diez.

Diablito.


Dibujado por mí, pintado por Toto y yo. Algún día del dos mil nueve, fin de año.

No sé.

una moneda sin cara
un beso sin sonido
un número vacío

que no son.

sueño de héroes
cuento de magos
fábula de tres cerditos y un lobo.

colores grises
extraño extrañamiento.

no sé.


Giuliana, veintitrés de marzo de dos mil diez.

Pasos.

Soplo de vida
tu aleteo constante

soplo de muerte
tu descenso inesperado

asfixia tu aire
aplasta tu euforia
tus pasos imperceptibles
tu voz que aturde

pasos
     pasos
          pasos
que
aturdida, asfixiada
 aplastada, sorprendida
  aburrida, feliz
   desconcertada
    divertida
...
pasos
  que
    voy aprendiendo a dar con vos.

Giuliana, veintidós de marzo de dos mil diez.

Se acabó.

Muy hermosa figura
pero se nota remendada
muy bello círculo
atravesado por una recta
muy lindos recuerdos
trucados por la fantasía.
Y se acabó se acabó se acabó.
Seguimos en la misma calesita
pero ya sin risas y colores
seguimos pretendiendo jugar
cuando ya somos robots.
Se acabó se acabó se acabó.


Giuliana, diecisiete de marzo de dos mil diez.

Nubecita.

Ella, fragilidad de viento.
Esperando por siempre esperándolo
esperando cuando duerme
cuando come
cuando sueña.
Poniendo un plato de más en la mesa
haciendo comida para dos
dejando el lado de la cama vacío
y la llave en la ventana, por si él olvidó la suya.
Ella, nubecita triste
que ya no duerme
que ya no come
que ya no sueña.
Que mira la calle esperando ver un auto
esperando verlo llegar
esperando no ver más.


Giuliana, dieciséis de marzo de dos mil diez.

Cadáveres Momêros.




Cadáver I.
AIRE ESPESO
IRRESPIRABLE
INDISCUTIBLE
NUBLADO
REPERCUTIRÁ, LO SÉ
TODO VUELA
TODO SE ARRASTRA
LO SÉ
Y NO HAY MAS NADA QUE DECIR
LA VERDAD ES QUE ÉL ES EL MAS LINDO
PERO LE FALTA MALDAD
SHHH........
UN SUSPIRO- VIENTO TAMBIÉN-
... Y BESOS
DE AIRE
EN ESTE ENTREPISSO
RASPANTE
REPTÁS, A VECES
VOLANDO
Y ES EL RÍO SIN CAUSE
Y EL SINSENTIDO DE LO MAS COHERENTE
EL QUE ME DICE AL OÍDO QUE LA SERIEDAD ES PURA RISA
REÍAN COMO CERDOS -¿RIEN LOS CERDOS?-
NO SÉ 
NO SÉ NADA
NO ME SALE Y BASTA, BASTÁ
PREFIERO EL TABACO ENCENDIDO

Cadáver II.
Y NO PUEDO DEJAR DE PENSARTE
QUIZÁ UNO PIENSA ESTAR EN EL LUGAR QUE SUS PIES PISAN; PERO QUIZÁ TAMBIÉN LOS PIES NO PISEN
... Y SI MIS OJOS QUE MIRAN LA LUNA ENCARABINTINTAGULADA NO PUEDEN MOSTRARTE SU ENCARABINTINTANGULADEZ, CÓMO PODRÉ HACERTE SABER QUE SI QUIERO DESENCARABINTINTANGULAR TU VERDAD
CAMBIANDO, MUTANDO, ROMPIENDO
DIBUJANDO ENTRAMADOS AZULES
Y EL AIRE...
ME AHOGA. ME AHOGA
EL AIRE QUE RESPIRÁS 
VOS SÍ
YO NO
RADICA EN MI LA SOLUCIÓN
FLUYE COMO SI FUERA LO ÚNICO
CON SENTIDO
PERSISTE UN MOMENTO
Y
SE DISUELVE
COMO SI NUNCA HUBIERA SIDO
Y RASTI
DEVUELVE AÑOS 
30
QUE PUEDEN SER 20 O 12 O 17
Y ESTABAS AHÍ, PIEDRA
DESGARRAMIENTO, CAMPEÓN
HUNDIDO
REINABA LA PAZ. LUEGO LA LUNA SE PLEGÓ SOBRE SÍ MÍSMA; CRISPANDO Y ESTALLANDO EN MIL PEDAZOS.


María Paula Peressini Maynet, Pablo Esteban Miguel Kaniefsky, Juan Pablo Kaniefsky, Katia Ysaacson y Giuliana Zonni, en la Momê, el sábado siete de marzo de dos mil diez.


http://shantiompoli.blogspot.com/

Feliz.

Ver a una pulga como a un monstruo gigante
ver a una mariposa como a una carpa de circo
ver a una hoja como a un bosque
ver a mi mundo único
ver a mis besos maravillosos

ver que me necesitás
ver que me extrañás
ver que soy

ver

imaginar

imaginar hormigas que escriben este cuento
imaginar todo como quiero que sea
imaginar y ver

imaginar vivir

vivir

vivir feliz.

Giuli, dos de marzo de dos mil diez.

Ellos.

Ella. Arrugada y reestirada. Flaca, tísica, consumida. Maquillaje desde los veinte. Ojeras ya negras oscurísimas arrastrando junto a la cola del vestido. Mirada gris de olvido, mirada triste de tiempo. Odio en todas su facciones. Odio que va con ella. Que la acompaña a todos lados.

[Te odio por no quererme. Te odio por que te quiero. Te odio.]

El. Desfigurado de fiestas. Cabeza reventada de estupefacientes. Cabeza donde anidan ratas y crece pasto. Ojos que no ven, por que a su alrededor no hay absolutamente nada para ver. Amarillo.

[Un día como hoy no estarás más conmigo y yo te seguiré necesitando. Un día como hoy me dejarás sola. Un día como hoy te extraño, por que un día como ayer me dejaste.]

Ella. Buscándolo. En bares, en prostíbulos. Abajo del puente. En plazas. En las calles. Llorando, corriendo, gritando.

[Voy a matarte. Voy a sacarte las entrañas y me las voy a comer. Te voy a pinchar los ojos con alfileres. Te voy a cortar la piel en tiritas y te voy a atar con ellas. Te voy a meter en una bolsa y la voy a quemar.]

Ella. Él. Encontrándose.

[Te esperé. Te esperé veinte años sentada en ese parque. Te esperé transformándome en estatua. Te esperé y llegó un ruiseñor.]

Él. Poniendo excusas.
Ella. Matando.


Giu, cuatro de febrero de dos mil diez.

Sueño (III).

 "Un escenario vacío,
un libro muerto de pena,
un dibujo destruído
y la caridad ajena."
C. A. G.

Hay papeles en el piso. Hay papeles rotos desparramados. Hay tinta derramada. Roja, como sangre.
Hay pedazos de vidrio en la cama. Hay vino en las sábanas. Rojo, como sangre.
Hay un recuerdo entre las paredes. Que cierra y abre puertas. Hay un fantasma que me asusta.
Hay telarañas en el techo. Pero sin vida.

Me mancho los pies al entrar. Camino y arrastro palabras. Metáforas destruidas, rompecabezas inarmables.
La piel se rompe fácilmente. El olor a alcohol es insoportable.
Grito de terror y los susurros me callan.
Las arañas muertas se meten por mi boca.

Sueño un sueño donde no hay tiempo.

Sueño un sueño donde nada pasa.

Nadie en los tablones, nadie leyendo, nadie dibujando.
Nadie en mí.

Giuliana, veintitrés de enero de dos mil diez.

Hermana.

"Movimiento, las cosas tienen movimiento
la oportunidad de estar en libertad"
F. P.

a Katia

De tristeza clara me hablaste.
¿O de claridad en la tristeza?
Dolor amplio, oscuro, negro...
Que abandona la identidad.
Me hablaste de mi edad.
Del descubrir.

Me hablaste del movimiento.
Fluir natural de las cosas
que dejó de serlo
para convertirse en máquina,
pesadilla que nosotros construimos.

Me hablaste de respirar profundo.
De largarlo todo.

Me hablaste, hermana mayor,
para enseñarme.
Para contenerme.
Para enseñarme a contener.
Y a soltar.

Te escucho, hermana.
Y me libero en una contracción.

Giuliana, doce de enero de dos mil diez.

Mitchunsky.

Giu, doce de agosto de dos mil nueve.

Mi lugar.

Casita de mi infancia, casita de mi abuelo. Casita donde jugué, conocí y aprendí a decir la "erre", gracias al "adoyo" y al "cedo". Casita bonita y chiquita, casita de mi familia. Casita adonde llevé a mis amigos y adonde hice los más antiguos. Casita con Ludmila, con Diego, con las Sofías, con Antonella, con Gabriela.
Casita de los amigos de mis papás y de ser yo amiga de mis papás.
Casita de los fogones y las guitarreadas, de mamá tocando y cantando... "Era en abril", "El témpano", "Confesiones de invierno", "Cadenet", "En el hospicio"...
Casita donde está Juanca.
Casita sin electricidad.
Casita del verde inglés que ya me cansó.
De mi casita de árbol en el pino.
De mi choza en el cañaveral.
De pescar mojarritas que nunca comí por que me daban asco.
Del arroyo crecido.
De las subidas al cerro.
De la vez que nos perdimos caminando y encontramos juncos.
De dormir con Joaquín y Joel arriba.
Del ombú del otro lado del arroyo adonde voy a leer sola.
Mi casita.

Giu, veintitrés de enero de dos mil diez.

Búsqueda.

Te busco donde estabas y donde no. Busco tus olores, tus sabores. Busco verte, busco oirte. Sólo busco recordarte y vivirte.Giuli, fines de octubre de dos mil nueve y doce de enero de dos mil diez.