Dícese de seres humanos consumidos, muchas veces ángeles caídos, que tienen cerebros extremadamente privilegiados pero que gracias a la sociedad podrida no pueden comunicarse como quisieran... entonces sus cabezas se llenan, sus pensamientos nunca pueden darse a conocer ni ser utilizados y sus cabezas se siguen llenando... Hasta que estallan. Los que tienen alas normalmente las tienen deformadas, mutadas; son alas que pesan pero con las que no se puede volar...
Viven solos, aislados unos de otros, pero sin asentarse jamás; simplemente evitan cruzarse. No comen, ni duermen. Descansan la vista, se recuestan en la roca, pero nunca nunca duermen...
Sus cuerpos siguen funcionando milagrosamente, pero ya no existe la grasa. Sólo tienen músculos firmes por las largas caminatas, dándole eternas vueltas a este mundo que se ha secado por completo.
GIULIANA, doce de junio de dos mil nueve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario