Sarna.

Una gota de sangre cayendo por la comisura de sus labios y un vapor helado emanando de sus entrañas. Carbón encendido en sus ojos y cenizas sobre sus mejillas.
Y un cómo estás y otro te quiero, y dejás de ver al demonio para ver a un ángel.
Escurridiza, mentirosa, cruel... y se refleja como presente, transparente y bondadosa...
Víbora venenosa, arpía endemoniada.
Quimera y esfinge, traicionera y engatusadora.

Giuliana, treinta de septiembre de dos mil nueve.

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