Asentamiento.

A S. M.:

Ahí donde está hirviendo nueva agua para ese mate lavado y azucarado... ese mate de yerba quemada y revieja... Ahí levantás la vista, del calor del fuego y redescubrís el frío que cala los huesos. Decidís olvidar todo eso y volvés tu mirada al fuego... el metal ennegrecido de la pava pide clemencia, 'basta, por favor, el dolor es insoportable', y ahí apagás el fueguito, cebás el primer mate de la tanda. El sabor es igual de triste que siempre. No hay vuelta, no sabés vivir en el fuego.

Giuli, primero de julio de dos mil nueve.

3 comentarios:

Marcial dijo...

Muy loco..

Ta bueno..

Saludos chun! nOs estamos viendo!

S. M. dijo...

Personalmente me hace recordar muchas mañanas de sábados, especialmente esas tan frías, es un texto que remueve un poco de alegres sentimientos que he aprendido a compartir hace ya un añito…
Muchas gracias por eso…

Anónimo dijo...

de nuevo te pasaste con la resolución " no sabés vivir en el fuego"