Como un juego infinito,
tirar los dados, mover las fichas...
Y la felicidad de ser pequeño,
la felicidad de devorar una torta,
de remontar un barrilete de infinitos colores,
de morirse de miedo en un sube y baja vertiginoso,
de recortar figuritas de colores y crear un mundo nuevo...
Felicidad inabandonable,
perfectamente compatible con el nuevo juego,
de nuevas reglas.
Giuliana Zonni, viernes veinticuatro de julio de dos mil nueve.
1 comentario:
muchas gracias por las palabras!!! Nunca dejemos de jugar!!!
besos y a disfrutar este nuevo juego!!
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